Tula de Allende está muy cerca de la Ciudad de México, saliendo por el norte se llega una hora. El pueblo en sí no tiene nada especial: la iglesia, el zócalo y poco más. El atractivo turístico son los Atlantes en la zona arqueológica.
Se llega a las ruinas tras un agradable paseo de quince minutos donde se puede ver la flora de la zona y varios puestos de artesanías. Merece la pena subir la pequeña pirámide para ver de cerca los Gigantes y disfrutar de las vistas. Nuestro regalo: "una nube con forma de corazón".
- Pintado café - una antigua botica transformada en el zócalo
Para dormir:
- Hotel Real Catedral - frente a la catedral, bonito edificio pero no recomendable
Para dormir:
- Hotel Real Catedral - frente a la catedral, bonito edificio pero no recomendable